Experiencias fuera del cuerpo
“[...] Me quedé atónito al sentir que estaba flotando en el aire, rígido y horizontal, distante unos pocos palmos de mi lecho... Al darme la vuelta, cosa que hice por un impulso inconsciente, me vi tumbado en la cama, estático y sin movimiento. Me sentí unido al cuerpo físico que yacía en la cama, a algo más de un metro de distancia de donde yo me hallaba, por una especie de cordón elástico... Entonces advertí que el cable que me unía a mi cuerpo yerto comenzaba a ejercer una fuerte e irresistible presión sobre mí, obligándome a retroceder. Ocurrió el proceso inverso al de la salida, hasta que me sentí de nuevo en mi cuerpo...”
Carl G. Jung
CienciasEvolutivas.com
Me detuve en un lugar que no sabría definir, pero sentía la presencia de otras conciencias y cierta sensación de temor. Aquellos ojos, aquellos rostros oscuros y grises se clavaban algo desvanecidos en los míos. Al menos eran cinco rostros con sus cuerpos desfigurados en la oscuridad. Uno de ellos, quizás el más osado, se atrevió a acercarse. Mi cuerpo astral irradiaba luz. Detecté cierta ansiedad en su comportamiento, se aferró a mí tratando de luchar y competir por mí energía. Mi reacción fue automática. Defenderme, luchar. Sentí durante unos segundos como mi energía descendía.
Una fuerte vibración que empezó en mi frente y se extendió por toda la cabeza y que finalmente hizo temblar bruscamente todo mi cuerpo, me despertó, y lo debería decir con mayúsculas porque estaba totalmente consciente, me despertó junto al techo de mi habitación. A tan solo unos centímetros. La sensación de estar suspendido anuló por completo la posibilidad que aún albergaba de estar simplemente soñando.
Supe controlar la euforia. —En otras ocasiones esa euforia me devolvía al cuerpo y no podía disfrutar del viaje—. Noté mucha calma y me sentí como acompañada en ese viaje ya que, yo antes de la sesión de Reiki, empecé a proyectar en mi mente una intención, y la verdad es que funcionó pues me sentí acompañada en todo momento. Quiero decir que no vi nada, pero lo sentía todo.
Y surge el miedo. A veces un miedo irracional. El primero de esos miedos lo descubres cuando te ves a ti mismo dormido, inmóvil, quizás rígido y frío. La primera reacción es pensar que ¡estoy muerto!, ¡levanta de ahí, te estás muriendo! La angustia puede ser muy intensa. Pero en realidad no hay de qué preocuparse. Tu realidad, es otra diferente a la que tiene tu cuerpo físico.
Este día en el que despiertas te sientes especialmente lúcido. A tu alrededor la luminosidad es delicadamente agradable… y lo comprendes todo. Todo quiere decir todo. Absolutamente todo sin que haya lugar para palabras ordenadas. Todo quiere decir... un único pensamiento coherente y esclarecedor de aquello que en verdad tú eres. Todo incluye lo rutinario que se torna ahora comprensión. Que se torna ahora especial. Un día en el que por observarte unos minutos comprendes tu naturaleza…
Me quedé atónito al sentir que estaba flotando en el aire, rígido y horizontal, distante unos pocos palmos de mi cama... Al darme la vuelta, cosa que hice por un impulso inconsciente, me vi tumbado en el lecho, estático y sin movimiento. Me sentí unido al cuerpo físico que yacía en la cama, a algo más de un metro de distancia de donde yo me hallaba, por una especie de cordón elástico...
Acababa de abrir los ojos. Me sentía sudoroso y me molestaba la garganta como si me la hubieran arañado desde dentro. En mi pensamiento y solo en mi pensamiento permanecía todavía gritando. Eso o había perdido las cuerdas vocales, pues no emitía sonido alguno. Cosa que me producía una ansiedad como no recordaba haber tenido nunca. Mi cuerpo estaba inmóvil. De esto era totalmente consciente. Estaba despierto o al menos casi despierto. No sé que me incomodaba más; no poder moverme o no conseguir que mis gritos llegaran a alguna parte… - - - Normalmente la conciencia dispone de mecanismos de protección y siempre estamos a salvo. Se trata de una fuerte expansión de las energías y de la presencias de los amparadores. Pero unas pocas personas, sin intención alguna, inconscientemente, no disponen de estos mecanismos de seguridad espontánea y son más vulnerables. ¡Aprende a protegerte! Duerme tranquilo y confiado. Disfruta de tus sueños y aprende en tus proyecciones astrales.
“es evidente que el vuelo chamánico equivale a una muerte ritual: el alma abandona el cuerpo y vuela hasta las regiones inaccesibles a los vivos. A través de su éxtasis el chamán se iguala a los dioses, a los muertos y a los espíritus: la capacidad de morir y resucitar, es decir de abandonar y reintegrarse voluntariamente al cuerpo, indica que sobrepasa la condición humana.”
Luz Arnau entrevista desde Radio Marca en Nit de Misteris a Alberto José Sánchez. Nos habla de La Conciencia libre del cuerpo físico y del cerebro. Las proyecciones de la conciencia o viajes astrales toman cada vez más importancia entre los ciudadanos que supondrán el inicio en sus investigaciones acerca de las habilidades extrasensoriales. 23-02-1014