Terapia que utiliza sistemáticamente la hipnosis, con todas sus cualidades y facultades dispuestas convenientemente para su aplicación, combinada con técnicas que facilitarán las experiencias fuera del cuerpo o proyecciones de la conciencia, de ahí su nombre.
Una de las dificultades más importante con la que se encuentra todo practicante de proyecciones conscientes y lúcidas de la conciencia, es la relajación del cuerpo físico.
Para que la relajación sea eficaz, algunos proyectores invierte mucho tiempo. Cierto es que con la repetición este tiempo disminuye.
Otra dificultad es detectar y determinar con precisión el momento en el que las energías están altamente expandidas después de experimentar el estado vibracional. Muchas veces, el estado vibracional sorprende al proyector tras haber hecho un buen ejercicio de movilización básica de las energías, sin que ahora sea capaz de recordar cómo continuar, qué técnica debe utilizar, cuál es su objetivo proyectivo o simplemente se queda dormido en este mismo momento.
Aplicando la hipnosis como técnica de proyección, se logra una relajación mucho más profunda y mucho más rápida proporcionando más tiempo para aplicar el resto de las técnicas. Si a esto se une la posibilidad de introducir instrucciones pos-hipnóticas, cuyo funcionamiento una vez lanzadas, lleva automáticamente al estado deseado, el practicante de proyecciones se estará garantizando el objetivo.
La hipnosis, a su vez, permite mantener altos niveles de conciencia incluso con un profundo estado de relajación, llegando a niveles Alfa con tendencia a Theta donde las proyecciones pueden ser alcanzadas.
Otra cuestión puramente técnica en las proyecciones de la conciencia se debe al óptimo movimiento de las energías personales. Durante el estado de hipnagogía, conscientemente alcanzado por la terapia de hipnosis proyectiva, el practicante es absolutamente dominador de la expansión de su campo energético y consecuentemente controla a la perfección el momento en el que intensificará la salida del cuerpo físico.
El terapeuta, hipnotizador y experimentado proyector, permanecerá acompañando al practicante durante toda la sesión, primero conduciéndolo, luego observando y facilitando un óptimo espacio energético físico y extrafísico para que la práctica pueda completarse con éxito.
La sesión tendrá normalmente una duración de al menos 120 minutos.