El chamanismo se refiere a una clase de creencias y prácticas tradicionales similares al animismo que aseguran la capacidad de diagnosticar y de curar el sufrimiento del ser humano, y en algunas sociedades, la capacidad de causarlo.
Los chamanes pueden lograrlo contactando con el mundo de los espíritus y formando una relación especial con ellos. Sus prácticas y su manera de vivir, integrado con la naturaleza y el cosmos, le dotan la capacidad de controlar el tiempo, interpretar los sueños, realizar el viaje chamánico o la proyección astral para viajar a los mundos superior e inferior y dominar determinadas habilidades extrasensoriales. Las tradiciones de chamanismo han existido en todo el mundo desde épocas prehistóricas.
La palabra Chamán proviene del dialecto tungús de la tribu uroaltaícas de Siberia, aunque otra versión dice que procede de los Druidas de las tribus Celtas, que en aquel entonces fueron los que verdaderamente extendieron la palabra Druida o Chaman por casi todo el mundo conocido en aquella época.
Eran los médicos-sacerdotes tribales encargados de oficiar ceremonias y ritos, sanar a los enfermos y atender todos los aspectos concernientes al bienestar espiritual del pueblo. Su poder era grande pues permanecían al lado del jefe de cada tribu. Nada hacían estos sin consultar a su chamán: cuándo debían mover el campamento, cuándo atacar al enemigo o cómo protegerse de él, qué tierras o tribus podían conquistar, cuándo sembrar o recolectar sus cosechas, etc.
El Chamanismo como forma de vida, como forma de entender la existencia, comprende un conjunto de conocimientos que se enseñan de forma directa entre maestro chamán y discípulo chamán, pues este último se erige como discípulo sólo al saberse conocedor de ciertas habilidades como la sanación, la clarividencia y videncia, la mediumnidad, etc. que debía reconducir, experimentar y dominar con su maestro.
Dado que el chamanismo no reconoce edad, género, raza o religión, es asequible para todo el mundo. Los seres humanos somos una parte de la creación y el chamanismo es la manera de comunicarnos con el TODO. Es una parte fundamental de nuestra herencia y, a pesar de que la conexión se haya debilitado por la vida moderna, todavía tenemos la habilidad de ponernos en contacto con la Tierra y la predisposición para hacerlo.
El chamanismo es, esencialmente, un estado mental, una manera de ver la vida como un TODO. El chamán adquiere intuición y sabiduría al ponerse en contacto con otras partes de la creación.
Si Lo que buscas es tu yo chamán deberás aprender a comunicarte con el espíritu, con tu espíritu. Más bien a reconocerte como conciencia que en verdad eres y crear tu espacio sagrado y visualizarlo. Deberás conocer los diferentes soportes y símbolos y con ellos crear tu correspondiente altar, elaborar un círculo de piedra o de arena, o simplemente dibujado con tiza. Conocer y utilizar apropiadamente la naturaleza e integrarse en ella aprovechando las propiedades de algunas hierbas e inciensos y realizar los ritos y las ofrendas correspondientes. Introducido en tu ser te reconocerás en el mundo de los sueños, o más bien, en la realidad astral donde crearás y modificarás tu pensamiento y encontrarás tu Yo Superior o, como ya he mencionado, encontrarás “QUIEN EN VERDAD TU ERES”. Entonces dominarás algunas habilidades extrasensoriales como la sanación, clarividencia, visión remota, mediumnidad, etc. Conocerás tus animales de poder (Nagual o Tótem Sagrado), así como, tus Objetos de Poder, etc. Cuando llegues a considerar que controlas y conoces todo esto, te reconocerás como CHAMÁN. A partir de aquí debes buscar a alguien en quien confiar tu conocimiento. Será erigido como discípulo asegurándote así tu continuidad chamánica heredada en él.
El chamán debe ser a lo largo de toda su existencia modesto, sencillo y humilde. Aquí radica su grandeza.