Desde el principio de los tiempos el ser humano ha utilizado los minerales en muchos ámbitos de su vida, desde útiles cotidianos a objetos mágicos, religiosos o como forma de diferenciar el poder social, político o religioso, denominándose en ocasiones piedras o cristales sagrados.
Los cristales de cuarzo son utilizados en la actualidad como osciladores en aparatos de medición del tiempo y para controlar las frecuencias utilizadas en radio y comunicaciones electrónicas. Durante miles de años los cristales y las piedras preciosas han sido utilizados por la humanidad de un modo esotérico y curativo por chamanes, sacerdotes, médicos, sanadores, etc.
"Me imagino una ciudad de puro cristal que refleja hasta la eternidad la conciencia universal y la proyecta hacia el centro de nuestros corazones. El amor se cristaliza y toma un cuerpo perfecto en cada uno de nosotros. […]"
Una leyenda nos sitúa en el continente perdido de la Atlántida donde el uso técnico de los cristales era muy común. Los atlantes dominaron el arte de aprovechar las propiedades energéticas de los cristales relacionadas con las dimensiones superiores de la conciencia y la fuerza vital.
Entre todos los minerales, el cuarzo es el más próximo a un compuesto químico puro y tiene propiedades físicas constantes. El cristal de cuarzo consiste en dióxido de silicio. Silicio y oxigeno, los dos elementos más abundantes de la tierra. Su estructura atómica interna es muy equilibrada y uniforme y la externa forma columnas hexagonales.
Los cristales de cuarzo representan la coherencia, el orden y la perfección. El hecho de sintonizarnos con estas estructuras tan perfectas, atrae hacia nosotros una reordenación y armonía internas. De hecho los cristales representan el grado de entropía más bajo posible, ya que son las estructuras más ordenadas de la naturaleza. Los cristales de cuarzo cuentan con un diseño molecular caracterizado por la integridad y por la homogeneidad, o sea, todas las moléculas vibran a una misma frecuencia.
Esta constancia de la frecuencia puede ser muy valiosa para el cuerpo humano, pues aportan equilibrio y coherencia a las diferentes energías y producen una armonía general entre las partes del mismo. El cristal es tremendamente sensible.
Cuando un rayo de luz blanca atraviesa un cristal de cuarzo, se descompone en los diferentes colores del espectro visible. Los siete colores. Por esta razón el cristal de cuarzo transparente tiene el poder de operar con todos los colores y chakras del cuerpo. Los colores afectan al cuerpo físico, al cuerpo emocional y al cuerpo mental de nuestro ser.
Todas estas propiedades le otorgan a los cuarzos un interés sin igual, ya que son poderosos transmisores, focalizadores y amplificadores de la energía que se propaga en su seno. Actúan como condensadores almacenando un amplio espectro de energías (sonoras, lumínicas, eléctricas, mentales, etc.) e información. Esto es debido a que poseen una red molecular regular que rodean un espacio abierto que, con ciertos estímulos puede hacerse que se comprima o expanda haciendo que vibre. De esta forma se capacita para almacenar energías vibratorias de distintas frecuencias. Dicho en otras palabras, se puede programar mentalmente un cuarzo, porque parece ser que éste graba en un nivel sutil la “forma” de los pensamientos proyectados.
Te propongo que programes un cuarzo para cada propósito en tu vida, ya sea físico, emocional o mental y espiritual, con el fin de que te ayude en tu camino evolutivo.
Normalmente la luz se propaga en todas direcciones posibles, pero al atravesar un cristal de cuarzo la luz se vuelve más dirigida y enfocada. Los cristales de cuarzo concentran y enfocan la energía. Organiza las energías en un haz coherente y enfocado, similar a la luz laser, produciendo un efecto de amplificación.
El cuarzo amplifica nuestra intención “inhalada” en él –un cristal sostenido como una linterna estructura la energía en forma de rayo como si fuera un laser–.
Los cristales de cuarzo también son capaces de distribuir adecuadamente las energías, sirve de equilibrador, lo que tiene un poderoso efecto en el campo de la sanación energética. Sobre el cuerpo humano son realmente beneficiosos, debido al efecto de resonancia entre el cristal de cuarzo y las propias estructuras cristalinas del cuerpo humano que comparten sus propiedades. Éstos pueden restaurar el campo energético del individuo, reequilibran o purifican los chakras bloqueados.
Los cristales concentran y enfocan la energía del aura del sanador y amplifican la energía resonante, que es extremadamente armoniosa en su vibración.
Existe una estrecha relación entre los cristales de cuarzo, la luz y la conciencia. Nos conectan con la sabiduría ancestral y la sabiduría de la madre tierra. Estos existen en un estado de equilibrio, claridad, limpieza y belleza. Son nuestros maestros en la evolución de la conciencia. Incrementan la cantidad de luz presente en el aura, esta luz pura estimula y da acceso a poderosos y sutiles reinos del ser, colaborando en el cambio holístico o evolución multidimensional y multiexistencial del ser humano. Suponen un apoyo en el conocimiento de quien en verdad tú eres.
EN LOS CRISTALES LATEN FUERZAS COMO LAS QUE CREARON LA VIDA.
LOS CRISTALES SON LA EXPRESIÓN DE LA PERFECCIÓN A LO QUE TIENDE TODO LO EXISTENTE.
Documentos consultados:
Bioenergía cuántica evolutiva, curso 2009. CienciasEvolutivas.com
La dimensión cuántica. De la física cuántica a la conciencia, 2005. Teresa Versyp